Un nuevo modelo foral facilitará a las personas con discapacidad los apoyos que necesiten para llevar a cabo una vida independiente

El territorio histórico de Álava cuenta ya con un Modelo Foral de Apoyos a la Vida Independiente, consensuado con las asociaciones del sector, “un paso importante que facilitará el ejercicio de la autodeterminación de personas con diversidad funcional”. Aunque ya existen en Álava algunos programas de vida independiente, este modelo actuará en los próximos cuatro años como eje vertebrador de las diversas modalidades de apoyos que se puedan habilitar para que las personas con discapacidad que lo deseen puedan llevar a cabo una vida autónoma. Así lo ha anunciado esta mañana el diputado foral de Políticas Sociales, Emilio Sola, durante la presentación en la comisión correspondiente de las Juntas Generales de Álava del modelo elaborado por su departamento junto con numerosas entidades sociales.
“El Modelo de Apoyos a la Vida Independiente supone un cambio trascendental en la visión que se tiene de las personas con diversidad funcional y en el derecho a poder decidir sobre su propia vida en condiciones de igualdad con el resto de las personas”, ha resumido durante su intervención. El nuevo modelo foral surge para dar respuesta a las previsiones contenidas en la Ley de Servicios Sociales y el Decreto de Cartera, al tiempo que “para responder a una necesidad y a una reivindicación legítima expresada a lo largo de los últimos años por las personas con diversidad funcional y por las entidades que las representan”. Las entidades que se han sumado a este proceso han sido Autismo Araba, Itxaropena, Apdema, Aspace, Fundación Tutelar Beroa, Atece, Down Araba, Asafes, Asasam, Aspasor, Eginaren Eginez, Aemar y Fundación Tutelar Usoa.
“El enfoque de vida independiente –ha explicado Emilio Sola– se construye en torno a la idea de autodeterminación, entendida como la capacidad y la posibilidad para las personas con diversidad funcional de decidir sobre su propia vida, en condiciones de igualdad con el resto de las personas, es decir, decidir la forma en que desean vivir, el lugar en que desean hacerlo, las personas con quienes desean compartirla y los tipo de apoyos que mejor se adecúan a sus necesidades y preferencias para poder desarrollar su proyecto de vida”.
Durante la elaboración del modelo, el primer objetivo fue identificar cuáles eran las propuestas que desde las asociaciones de tercer sector se planteaban en el ámbito de la vida independiente. De forma paralela, se determinaron los programas y servicios prestados ya en Álava que pueden identificarse como modalidades del Servicio de Apoyo a la Vida Independiente, como, por ejemplo, el Centro Foral de Autonomía Personal (CAP), los programas de apoyo a la vida independiente prestados por entidades en el marco de sus convenios de colaboración con el Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS), las ayudas económicas forales para la adquisición de productos de apoyo, y también las ayudas para el transporte adaptado. Ampliación de la población destinataria Asimismo, el documento resulta de una “gran relevancia” porque propone una ampliación de la población destinataria de estos apoyos.
El actual Servicio de apoyo a la vida independiente de Cartera va dirigido a personas con discapacidad intelectual y enfermedad mental. Con la aplicación del nuevo modelo, también será destinatarias las personas con discapacidad física u orgánica igual o superior al 60%, personas con discapacidad sensorial igual o superior al 33%, y personas con discapacidad física, orgánica o sensorial con riesgo o en situación de dependencia reconocida. También es de gran importancia porque desbroza cuáles son las responsabilidades de las Administraciones Públicas y el papel que podrían asumir las entidades del Tercer Sector Social. Debido a la “complejidad” de su implantación, el modelo tiene una moratoria, para su aplicación, de cuatro años, en los que un equipo técnico motor, integrado por profesionales del IFBS y con el apoyo de la Secretaría de Servicios Sociales, trabajará en el desarrollo de numerosas cuestiones.
Una de ellas es el desarrollo de una amplia campaña de sensibilización que informe acerca del cambio de paradigma que conlleva este modelo. También deberá cuantificarse el número de personas que podrían decantarse por un itinerario de vida independiente, y habrá de reordenarse los programas ya existentes, así como la modificación de normativas. Ni exclusión ni obligatoriedad El diputado foral ha resaltado que “la existencia de limitaciones o dificultades para tomar decisiones de forma totalmente autónoma, y la gravedad o severidad de las limitaciones derivadas de la diversidad funcional” no pueden conllevar la exclusión del derecho a la vida independiente. Tampoco “la persona debe sentirse obligada a vivir de manera independiente, ni a abandonar otra forma de vida si no lo desea”, ha aclarado. Por último, considera que la Prestación Económica de Asistencia Personal (PEAP) se constituye en una “piedra angular” sobre la que se construye este modelo. Tras agradecer la “imprescindible colaboración” de las entidades del Tercer Sector para sacar adelante el documento, Emilio Sola ha concluido su intervención poniendo en valor el carácter consensuado del Modelo Foral de Apoyos a la Vida Independiente, “con toda la riqueza que ello implica”, al tiempo que ha subrayado que el documento “propone, orienta y sugiere caminos para su desarrollo posterior”.