Uhandre Amurrioko baso biziak censura el interés de los forestalistas en primar el eucalipto

NOTA DE PRENSA
La Confederación de Forestalistas del País Vasco es consciente de que cada día que pasa se abren nuevos frentes en los que algunas de sus prerrogativas se ponen en cuestión. Las jornadas “El eucalipto puesto a análisis” organizadas hoy en Amurrio es una clara muestra de ello.
Dada cuenta de la conciencia popular sobre la expansión del eucalipto a lo largo de la Comunidad Autónoma Vasca, la Confederación de Forestalistas del Pais Vasco se aplica en una intensa labor de divulgación y comunicación, en la que por un lado trata de dar al eucalipto todo el valor en cuanto a su factor renta y por otro lado como generador de efectos positivos sobre la sociedad y el medio. Solo los que pretenden esconder la realidad por puro interés económico, son capaces de negar que los eucaliptales son un problema de primer orden, seguramente el mayor problema medioambiental al que nos enfrentamos en la cornisa cantábrica. Ya decía Antonio Machado que es de necios confundir valor con precio.
Es evidente el interés corporativista de un colectivo que vive precisamente de las plantaciones forestales industriales y muestra de ello es la presencia en las jornadas de Luis Gil experto financiado por ENCE contratado por la Subdirección General de Política Forestal del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente para tumbar el dictamen de su propio Comité Científico, que pedía declarar el eucalipto como especie exótica invasora. Descalificaba el dictamen y denunciaba la “actitud tendenciosa por parte del Comité Científico, en orden a emitir un juicio de valor premeditado en cuanto al carácter invasor de estas especies, presuntamente basado en criterios no científicos y en opiniones personales y políticas”, desautorizando el dictamen unánime de 20 científicos independientes y no solo eso, sino que discutía su profesionalidad acusándolos de politizar sus decisiones y de ser inmaduros y desinformados. Según informaciones y documentación de la propia empresa y la Universidad Politécnica de Madrid, el departamento de Genética y Fisiología Vegetal, del que Gil es investigador responsable, participó en un proyecto que ENCE financió en Etiopía “Eucaliptos solidarios”. Varias actividades demuestran la relación entre ENCE y Luis Gil “experto”que trata de inmaduros y desinformados a 20 ciéntificos independientes del Comité Ciéntifico.
La Confederación de Forestalistas del País Vasco centra sus objetivos en incrementar la rentabilidad de los montes afectados por la enfermedad de las bandas seguramente consecuencia del forestalismo extractivista intensivo de los últimos 100 años y reparar la imagen del eucalipto ante las críticas del ecologismo, a raíz de la recomiendación de la inclusión del eucalipto en el Catálogo Estatal de Especies Exóticas e Invasoras del Comité Científico de Flora y Fauna Silvestres del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente y del informe “Efectos ambientales de las plantaciones de eucalipto en la CAPV y zonas circundantes encargado por la Dirección de Patrimonio Natural y Cambio Climático del Gobierno Vasco y a instancias del Parlamento Vasco, la Universidad del País Vasco y la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Si bajo el paraguas de la rentabilidad económica del cultivo de eucaliptales a la que tantas veces aluden para justificar el desarrollo rural, se incluyera el coste que la sociedad soporta primero subvencionando las plantaciones y después soportando los costes de extinción de incendios, compensaciones por desastres naturales, como plagas y enfermedades o catástrofes derivados del cambio climático y después reparando las externalidades negativas derivadas de la nefasta gestión forestal a que se someten, los cultivos forestales vascos no resultaran sostenibles ni siquiera desde la lógica económica de mira más estrecha.
Compete a todos y todas buscar un futuro sostenible para ese formidable recurso que constituyen los montes de la vertiente atlántica del País Vasco, porque los montes, tal y como se recoge en la ley de Montes, independientemente de su titularidad, desempeñan una función social relevante, tanto como fuente de recursos naturales y sustento de actividades económicas como por ser proveedores de múltiples servicios ambientales, entre ellos, de protección del suelo y del ciclo hidrológico; de fijación del carbono atmosférico; de depósito de la diversidad biológica y como elementos fundamentales de la conectividad ecológica y del paisaje.
El reconocimiento de estos recursos y externalidades, de los que toda la sociedad se beneficia, obliga a las Administraciones públicas a velar en todos los casos por su conservación, protección, restauración, mejora y ordenado aprovechamiento. Pasemos de una vez de las palabras a los hechos y diseñemos una política forestal sostenible.