Las personas mayores de las residencias alavesas podrán recibir a partir de mañana viernes en sus habitaciones la visita de sus familiares y allegados

Mañana, viernes 25 de junio, una vez finalizado el estado de alarma, entra en vigor la nueva orden foral que regula las visitas y salidas en centros residenciales de personas mayores y personas con discapacidad del Territorio Histórico de Álava durante la crisis sanitaria de la COVID-19.
La nueva orden foral, que sustituye a la del 14 de mayo, permite que, además de en los espacios habilitados al efecto, las personas usuarias reciban visitas en su habitación, siempre que la visita tenga la pauta de vacunación completa y sea individual.
En las habitaciones compartidas, no podrán coincidir las visitas simultáneas de las dos personas usuarias, salvo que entre ellas exista una relación de parentesco.“En el contexto del apoyo emocional a las personas residentes, las medidas que vamos tomando van a ayudar sin duda a su estado mental”, ha manifestado el diputado de Políticas Sociales, Emilio Sola.
Al igual que en la anterior orden foral, se mantiene el régimen de visitas y salidas; se posibilitarán, al menos, tres visitas a la semana, por persona residente, pudiendo ser sustituidas por salidas siempre que las condiciones epidemiológicas y climáticas lo permitan. Cada una de las visitas se limitará a un máximo de dos personas por residente.
Las personas usuarias podrán salir del centro todos los días, sí así lo desean, y se priorizarán las salidas a las visitas. Se deberán extremar las medidas de seguridad en todo momento, hacer uso de la mascarilla e higiene de manos, y será el centro quien determine los horarios para establecer el control de las entradas y salidas. Así mismo, se priorizarán los paseos terapéuticos en espacios abiertos del entorno de la residencia y acompañadas por personas familiares o allegadas, aunque también se autorizan salidas programadas a comer en días festivos.
La nueva orden foral se adecúa de esta forma a la actual regulación sanitaria, ya que el protocolo sanitario ha prescindido en su redacción actual de la cautela que contenía en relación con el mantenimiento de la burbuja inmunitaria en las residencias.