Queda inaugurado el Columbario de la Dignidad de Orduña en una atmósfera de diversidad y cercanía
La inauguración del ‘Columbario de la Dignidad’ orduñés tuvo lugar ayer en el cementerio municipal a las 11h. El espacio alberga inicialmente los restos mortales de 15 víctimas de la Guerra Civil y el franquismo, 14 de ellas fallecidas en la antigua Prisión Central de Orduña y exhumadas del cementerio orduñés en 2014.
Actualmente está preparado para acoger los restos de 60 personas, y podrá ser ampliado en un futuro. Tal y como ha afirmado la alcaldesa de la localidad, Itziar Biguri Ugarte, este tan solo ha sido un paso en las continuas labores del municipio en materia de memoria histórica: “Con esta inauguración del Columbario de la Dignidad no damos nada por finalizado. Recuperaremos los cuerpos que aún se encuentran debajo del hormigón, con intención de que descansen en el Columbario de la Dignidad. Si cabe la posibilidad, se llevarán a su pueblo natal, y si no, seguirán aquí con nosotras”.
En este sentido, la alcaldesa quiere agradecer también a las familias de la ciudad su disposición a desplazar los restos de sus seres queridos. “Se han realizado grandes trabajos en el cementerio en los últimos meses y queremos agradecer a las familias de Orduña su colaboración y empatía, ya que han permitido que se trasladen los restos de sus familiares de cara a exhumar los que podrían encontrarse debajo”, ha afirmado.
El columbario está formado por tres filas de gaviones de piedra que albergan los nichos para osarios. A ello le acompaña la escultura Duintasuna, del artista Iñigo Arregi, de 3,50 metros de altura. También se ha creado un itinerario con paneles explicativos del propio proyecto.
Para la construcción de este columbario, el Ayuntamiento ha contado con un presupuesto de 80.000 euros (IVA incluido) provenientes de Gogora, Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos.
Encuentro de familiares de las víctimas
Más de una veintena de familiares se acercaban al lugar para rendir homenaje a sus parientes, desde Badajoz, Ciudad Real y Valencia, entre otros lugares. Asimismo, se contó con la presencia del antropólogo forense Francisco Etxebarria y la doctora en Historia Lourdes Herrasti, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, quienes han liderado dos prospecciones en el cementerio municipal, y también se han acercado asociaciones de memoria histórica.
Al acto asistía también Beatriz Artolazabal, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Diego Blázquez, director general de Memoria Democrática del Gobierno de España, José Antonio Rodríguez Ranz, viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, y Aintzane Ezenarro, Directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora, además de la corporación municipal.
Diferentes personas intervenían en el acto. Miguel Ángel de Castro Díaz recordaba a su abuelo, Silvano de Castro Barrios, víctima de la prisión de Orduña. Asimismo, Lourdes Herrasti, de Aranzadi, y Beatriz Artolazabal, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, también tomaba la palabra en favor de la memoria histórica, al igual que la alcaldesa local.
En la clausura del acto, autoridades políticas, miembros de asociaciones históricas y familiares se unían en el traslado e inhumación de los restos, así como en una ofrenda floral.
Antecedentes
El equipo liderado por el antropólogo forense Francisco Etxebarria y la doctora en Historia Lourdes Herrasti, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, presentó en 2014 un informe relativo a la exhumación de 14 víctimas que fallecieron estando cautivas en la Prisión Central de Orduña. En ese documento recogieron la posibilidad de que existan más enterramientos equivalentes bajo el suelo de la parcela, sobre la que se construyeron los nichos de la zona derecha del cementerio.
En consecuencia, el consistorio acordó en 2017 extinguir las concesiones de los derechos funerarios de 204 nichos en esa zona, a fin de facilitar la continuación de los trabajos de localización, recuperación e identificación de restos humanos de víctimas de la represión franquista.
En una segunda prospección en los pasillos de la zona izquierda, en septiembre de 2021, Aranzadi descartó la existencia de restos humanos correspondientes a los presos de la Prisión Central en el lugar. No obstante, certificaron la existencia de inhumaciones individuales (aunque se desconoce si se corresponden con los fallecidos en el penal) cuyos restos fueron trasladados en algún momento.
Ahora, en 2022, el consistorio ha procedido a la eliminación de 96 nichos de la zona derecha del cementerio (n.º 310-405) y al traslado de los restos mortales que contenían a unas nuevas cavidades, de cara a la exhumación de los huesos de presos que pueden encontrarse bajo los mismos. La institución local ha recibido una subvención de 25.000 euros por parte de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para estas últimas acciones.
En total, se estima que entre 1937 y 1941 fallecieron, al menos, 225 personas en el campo de concentración de prisioneros de guerra y la prisión central establecidas en Orduña.