La laudioarra Silvia Asenjo es la nueva Cónsul Honoraria en Tierra Vasca de los Países Bajos

En el móvil, en alertas, saltó la noticia de que los Países Bajos buscaban un o una Cónsul Honoraria en Euskadi y Navarra, y no se lo pensó dos veces. Tras una primera reunión en Madrid, al de unos meses recibió el sí por respuesta, y se puso a trabajar.

Tras la pasantía que hizo en los Países Bajos en los años 90, dentro de su carrera de turismo, y con el gran recuerdo y amistades que guarda desde entonces, creyó que podía ser bonito devolver tanto cariño con este nuevo cometido, 30 años después.

La figura a la que representa, la de Cónsul Honoraria, no tiene las competencias que tiene un cónsul: ni es funcionario de carrera ni puede operar como tal, aunque sí tiene algunas competencias. No percibe salario, su papel es, principalmente, el de prestar asistencia y protección consular a los nacionales que llegan a Euskadi y Navarra, en este caso a los ciudadanos de los Países Bajos. Son personas de a pie que ayudan, auxilian, interceden… ante causas concretas en las que se pudieran ver implicados los ciudadanos y ciudadanas de ese país.

“Me gusta ayudar, ya en pandemia colaboré  con la Cruz Roja, y creo que debemos devolver a la sociedad lo que ésta nos da”, explicaba Silvia en los micrófonos de Radio Llodio.

Aunque todavía está comenzando, ya ha podido ejercer como tal durante el Tour de Francia, que ha acercado a muchos ciudadanos y ciudadanas de ese país a Bilbao y a Euskadi en general.

De los holandeses admira su capacidad para llegar a soluciones prácticas, y reconoce que este nuevo desempeño le ha llevado a retomar sus clases de neerlandés, y a formarse un poco más en relaciones internacionales algo que, asegura, está disfrutando muchísimo.