Jon Berganza,portavoz de EH Bildu en Amurrio,considera que «Laguntza es más que un calendario»
VALORACIONES DE JON BERGANZA
Laguntza es el mes de septiembre del calendario que este año ha publicado el Ayuntamiento de Amurrio
para rendir homenaje, así lo hicieron saber en su día, a las asociaciones municipales.
Sin embargo, la asociación, con una trayectoria de más de 20 años, no va a llegar a su foto. Para cuando lleguemos a “su” mes, Laguntza no será más que un recuerdo que nos llene de orgullo y enfado a partes iguales. Orgullo por haber tenido en nuestro municipio una asociación como esta que tanto y tanto ha trabajado por las personas más necesitadas. Enfado por cómo se ha gestionado el problema desde el equipo de gobierno y por cómo se ha dejado caer una de las joyas del tejido asociativo de Amurrio.
La noticia saltaba el 12 de marzo, pero las dificultades venían de atrás. El problema de fondo era cómo obtener una valoración de las personas usuarias que el proveedor principal de alimentos, el Banco
de Alimentos, le exigía a Laguntza para poder seguir aportando comida, y que Laguntza no tenia medios para hacerla, por eso pidió ayuda al Ayuntamiento para hacerlo y una prorroga al Banco de Alimentos hasta que esto se solucionara. Ese problema tenía solución, pero la solución del gobierno del PNV y PSE llegó tarde, cuando acabó la prorroga concedida por el Banco de Alimentos.
Laguntza también les reprocha al PNV y PSE falta de comunicación, algo que ellos niegan. Desde el día en el que anunciaron su cierre hasta este momento (viernes por la mañana) no ha habido reunión alguna, ni siquiera una simple llamada. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
Sacar calendarios con las asociaciones está bien. Cuidarlas y mimarlas como se merecen, mucho mejor.
Entre ayer y hoy se está dando el reparto de alimentos de manos de los y las voluntarias de Laguntza, un reparto del que se beneficiarán 95 familias que hacen un total de 280 personas. El último. A partir de
mañana solo quedará la admiración hacia todos y todas las voluntarias, el enfado con los responsables políticos y la preocupación por las 95 familias que hasta que el Gobierno no busque una solución, no obtendrán alimentos