La residencia Alday dedica un retoño del árbol de Gernika a sus residentes y personal

La simbología del centenario Árbol de Gernika se ha adueñado hoy de Respaldiza con la plantación de un retoño en la residencia Alday. El acto de plantación del joven roble de 8 años de edad se ha convertido en un homenaje a las personas mayores que han sido atendidas durante años por este centro de la Fundación Alday, reconocimiento que se ha extendido también al propio personal.

Esta entidad fue creada por Luisa y Francisco Alday Icabalceta hace más de 120 años con el fin de apoyar a las personas mayores más necesitadas del municipio alavés y su entorno más cercano. El acto ha contado con la presencia de personal del centro, residentes y familiares, y ha sido presidido por las máximas responsables de las Juntas Generales de Álava y de Bizkaia, Irma Basterra y Ana Otadui, que han estado acompañadas de cargos institucionales como el alcalde de Ayala, Pruden Otegi Etxebarria y el director de Innovación, Sistemas de Gestión y de Evaluación del departamento de Políticas Sociales de la Diputación Foral de Álava, Iñaki Artaza , entre otras personas.

El último retoño del Árbol de Gernika que va a plantarse en este último ciclo de parada biológica guarda la esencia de todos los demás. Plantado en los jardines de la residencia Alday, en vísperas de celebrarse el 87 aniversario del bombardeo de Gernika, “es un homenaje a todas las personas atendidas en esta residencia a través de los años, y también a las personas que les cuidan”.

Única alavesa superviviente del bombardeo de Gernika

En el acto, familiares de la que fuera usuaria del centro, Conchi Elorza, han tenido un recuerdo especial en su memoria. Precisamente Elorza, fallecida en la residencia en enero a la edad de 97 años, fue una de las supervivientes del bombardeo de Gernika del que se celebra mañana el 87 aniversario. Familiares de Conchi han recordado en el acto que la plantación del retoño surgió para darle un sentido homenaje a esta mujer “valiente, emprendedora y amante de la libertad”, que la residencia quiso extender a todas las personas que han pasado por la residencia desde su puesta en marcha, tanto plantilla como usuarios y usuarias. Se da la circunstancia de que en ausencia de Conchi, su hermana Maite, residente en Laudio, se ha convertido en la única alavesa superviviente del bombardeo de la aviación fascista aquel 26 de abril de 1937.