El primer sector suma 17 jóvenes a la actividad agrícola de la mano de la Diputación Foral

El Consejo de Gobierno ha resuelto las ayudas para la creación de empresas por jóvenes agricultores y agricultoras, una línea que beneficiará a 17 personas de entre 18 y 41 años que realizarán su primera incursión en este sector de la mano de la institución foral.
En total la subvención, financiada en un 80% por el FEADER dentro del Plan de Desarrollo Rural de la
Comunidad Autónoma del País Vasco 2015-2020, repartirá 774.824 € en cinco anualidades que servirán
para inversiones de diverso tipo, la mayor parte en compra de maquinaria, y acompañar a los nuevos
promotores en los primeros años de instalación. Los 17 jóvenes, 13 hombres y 4 mujeres, permiten
confirmar el interés de las nuevas generaciones por incorporarse al sector, con una tendencia que se
mantiene estable durante los últimos años.
Las ayudas tienen el fin de facilitar la incorporación de jóvenes al sector que permitan un necesario relevo generacional que rejuvenezca el tejido productivo agrario y atraiga nuevos proyectos innovadores. Además, la medida tiene como objetivo que este relevo aporte personas jóvenes con cualificación profesional suficiente para afrontar las necesidades del sector, ayudando a que estas nuevas empresas obtengan rendimientos económicos adecuados y superen los constantes cambios en materia productiva, comercial o de digitalización. Así pues, tras la resolución de esta ayuda, Araba contará con varias personas jóvenes que inician su trayectoria en sectores como la vitivinicultura, el vacuno de leche o el vacuno de carne.
Los 17 jóvenes agricultores y agricultoras recibirán, de media, 29.000 euros de ayuda, después de que hayan acreditado las inversiones que van a realizar y un plan de empresa. Cabe recordar que en este sector los costes e inversiones son realmente elevadas, tratando de que estas estén dirigidas a modelos productivos variados, puntuándose de manera especial la producción ecológica, la extensiva, la integrada, la producción agraria para su transformación en la explotación y la que tenga como objetivo la comercialización en circuitos cortos.
El proceso de incorporación está tutorizado para evitar inversiones innecesarias y facilitar la viabilidad y éxito de los proyectos