El Lehendakari ha hecho un llamamiento a la calma a la sociedad vasca ante el apagón, y ha pedido prudencia, responsabilidad e información

Euskadi vive momentos de tensión y de incertidumbre tras una jornada especialmente complicada marcada por un gran apagón. Así lo reconoció este lunes el propio lehendakari Pradales, quien calificó el día como «muy complicado», sobre todo debido a los «problemas e incidencias relacionados con el transporte, rescates en ascensores y el tráfico».
Ante esta situación, y con la previsión de que la normalidad tardará en llegar, el Gobierno vasco ha decidido activar la fase de alerta del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI), el órgano clave que ya jugó un papel fundamental durante la pandemia y que ahora vuelve a ser protagonista ante la emergencia energética. La mesa técnica permanecerá operativa toda la noche, y una nueva reunión de evaluación se celebrará este martes a la una de la tarde.
Pradales quiso lanzar un mensaje de calma a la ciudadanía, aunque no ocultó la gravedad del momento: «Aún resta tiempo para poder decir que estamos en una situación normalizada. No lo estamos. Habrá situaciones de inestabilidad en las próximas horas», advirtió. Además, no descartó nuevos cortes eléctricos durante la noche y subrayó que «mañana no va a ser un día normal en Euskadi». Especialmente, el transporte de pasajeros y el ferroviario son los sectores que más podrían demorar su vuelta a la normalidad.
En línea con el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, el lehendakari recomendó a la población limitar el uso de las telecomunicaciones a lo estrictamente necesario, evitar desplazamientos prescindibles, informarse a través de canales oficiales y utilizar el 112 con responsabilidad.
Las autoridades se preparan así para una noche larga, de altibajos y oscilaciones en el suministro eléctrico, en la que la colaboración ciudadana será esencial para afrontar unas horas que se prevén especialmente complejas.