A pesar del contexto internacional desfavorable, Tubos Reunidos ha logrado aumentar su cartera de clientes un 44 % en lo que va de año

La industria del acero fue una de las más castigadas por la guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, y empresas vascas como Tubos Reunidos lo vivieron de primera mano. La firma, con sede en Amurrio, señaló que las sucesivas subidas arancelarias impuestas por la Administración Trump —del 25 % primero y del 50 % después— supusieron un duro golpe para su actividad, siendo Estados Unidos su tercer mayor mercado.
Durante su Junta de Accionistas, celebrada en el Museo Guggenheim de Bilbao, el presidente de la compañía, Josu Calvo, lanzó un mensaje de confianza en las negociaciones entre Bruselas y Washington, al tiempo que llamó a “encender las luces largas y preparar la empresa para los próximos diez años”. Tubos Reunidos reclamó además un mayor refuerzo de las políticas de salvaguarda de la UE para hacer frente a la entrada masiva de acero de China y Ucrania, que, según la dirección, estaban distorsionando la competencia y poniendo en riesgo a los productores europeos.
A pesar del contexto internacional desfavorable, Tubos Reunidos logró aumentar su cartera de clientes un 44 % en lo que iba de año, pasando de 144 a casi 200. Sin embargo, la caída global de la demanda y la presión sobre los precios siguieron afectando a su rentabilidad.
En 2024, la empresa redujo su beneficio neto a 28,6 millones, frente a los 56,3 millones del año anterior, y registró unas ventas de 324 millones, un 39 % menos que en 2023. Aun así, encadenó su tercer año consecutivo con resultados positivos, gracias principalmente a una operación financiera que permitió reducir su deuda en casi 80 millones de euros, mejorando su posición patrimonial en un mercado que empezaba a mostrar signos de recuperación.
Con estos resultados, no son pocas las personas que se han mostrados sorprendidos por el anuncio reciente de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), ya que es complicado de entender cómo una empresa con beneficios y una cartera de clientes en expansión podía justificar una medida de ajuste laboral tan severa. La dirección, sin embargo, argumentó que la medida respondía a la necesidad de adaptarse a la volatilidad del mercado y preservar la viabilidad a largo plazo.