La laudioarra Pilar Isusi Monasterio, pionera de la neuropsicología en Álava, homenajeada por La Cosecha del 48 en Llodio
La Casa de Cultura de Llodio fue ayer el escenario de un emotivo homenaje a una de sus vecinas más ilustres, Pilar Isusi, reconocida con el Premio La Cosecha del 48 por su trayectoria profesional y humana. El acto, organizado para celebrar la vida y los logros de esta pionera en el ámbito de la salud mental, sirvió para poner en valor una figura fundamental en el desarrollo de la neuropsicología en Álava y en el impulso del bienestar social del Valle de Ayala.
Nacida en Llodio en 1941, Pilar Isusi no solo rompió barreras de género en una época marcada por la represión y las limitaciones impuestas a las mujeres, sino que abrió camino en disciplinas que hasta entonces les eran vedadas. Fue la primera neuropsicóloga de Álava y cofundadora del Centro de Salud Mental del Valle de Ayala, una institución clave para el tratamiento y acompañamiento de personas con problemas de salud mental en la comarca.
Isusi creció en una familia que desafió los convencionalismos de la posguerra española. Su madre, a quien Pilar reconoce como una figura clave en su desarrollo, no vio el matrimonio como destino único para sus hijas, y promovió su educación con una visión adelantada a su tiempo. Así, Pilar —la mayor de cuatro hermanos— pudo iniciar sus estudios en Medicina en la Universidad de Valladolid en los años 60, cuando apenas un 20% del alumnado era femenino. «Fuimos unas privilegiadas», suele decir con humildad, siempre consciente de las oportunidades que otras mujeres de su generación no tuvieron.
Gracias a una beca del Banco de Bilbao, donde trabajaba su padre, pudo costearse todos los gastos universitarios sin suponer una carga para la familia. Se licenció en Medicina en 1966 y, aunque en un principio quiso dedicarse a la Pediatría, pronto se inclinó por la Psicología, especializándose en Madrid en el hospital Gregorio Marañón, conocido entonces como Hospital Francisco Franco. Allí fue una de las primeras médicas mujeres en la planta de psiquiatría, consolidando su vocación por el cuidado de la salud mental.
Su espíritu inquieto la llevó también a trabajar en Suiza, en el Hospital de Prangins, donde ejerció durante seis años mientras impartía clases en la Escuela de Enfermería. Fue una experiencia profesional y vital que amplió su perspectiva y reforzó su compromiso con la formación y la asistencia psicológica.
De regreso a Llodio, y ya casada con su esposo Sabín Iza, Pilar Isusi no tardó en volcarse en la mejora de la salud mental de su comunidad. Junto a otras dos profesionales y con el apoyo de Cáritas, fundó el Centro de Salud Mental del Valle de Ayala, en el que desempeñó una labor pionera en el tratamiento de adicciones y el acompañamiento a familias afectadas.
Aunque Pilar Isusi insiste en que «no se merece» el homenaje, y afirma que otras mujeres «con menos oportunidades han hecho mucho más», lo cierto es que su trayectoria ha dejado una huella profunda, no solo en la medicina y la psicología, sino también en la memoria colectiva de una sociedad que comienza a reconocer, cada vez más, a aquellas mujeres que abrieron camino cuando el futuro parecía negado.
La entrega del Premio La Cosecha del 48 no solo celebró su legado profesional, sino también su humanidad, su cercanía, y su incansable labor por construir un mundo más justo desde el conocimiento, el compromiso y la empatía.













